1 ene 2009

La otra Navidad y nuestro inolvidable 2008

Es año nuevo. Dejamos atras un inolvidable 2008. Verdaderamente inolvidable para muchos de los nuestros. Sobre todo para los más nuestros a los que hemos herido con nuestros errores. Ahora leo en el manifiesto un estupendo artículo de Juan pablo Vitali sobre la Navidad. La otra Navidad. Y como lo quiero compartir con quienes entréis en mi blog, pues aquí está:

Es pecado en la Navidad de hoy pensar cómo habrán sido las Navidades de los conquistadores, de los combatientes, de los que nos dieron su sangre para que nuestra Patria viva.

Es pecado mortal pensar en el sacrificio de nuestros antepasados, mientras Papá Noel, Santa Claus o como se llame el señor gordo que lleva los colores de la Coca Cola, reparte los regalos que las tarjetas plásticas de la clase media todavía pueden comprar.

Es pecado pensar en Cristo o en solsticios, adentrarse en cavilaciones espirituales o en reuniones familiares o comunitarias, que son después de todo fiestas antidemocráticas de comunidades cerradas, enemigas acérrimas de la felicidad universal que los derechos humanos progresistas nos ofrecen mediante todo el ruido, el sexo y la droga, que seamos capaces de soportar.

Es pecado cualquier fuego ritual que no sea el de algún incendio ocasional causado por la pirotecnia.

Es pecado pensar en el destino de Occidente, de sus pueblos, de sus naciones.

Es pecado no ponerle precio a la Navidad, no alcoholizarse, abandonar por un día la electrónica y sentir en la sangre algo más que la náusea del último Occidente.

Es pecado pensar cómo habrá sido la Navidad en las bodegas y en las cubiertas de los barcos que hacían la travesía al mundo allende los mares, donde los hidalgos cultivaban el último acero del Imperio. Es pecado pensar en los hidalgos, ahora que un señor gordo vestido con paños rojos nos brinda una feliz navidad anglosajona llena de alegres rostros que hablan en inglés.

Es pecado una Navidad hecha de cruces, de fuegos renovados, de canciones en los claustros y de jarros vacíos de camaradas cantando viejas canciones, antes de atravesar selvas y desiertos para abrir las puertas de la tierra, y que rija los destinos del mundo el idioma castellano, y que la sangre de España pese más que cualquier otra, en cualquier lugar de la tierra, llámese Flandes, Filipinas o las Indias.

Es pecado una Navidad de mesnadas y caudillos, pero sabemos que en cada sitio del orbe, donde haya regado el suelo nuestra sangre, la Navidad será verdadera resurrección.

La única Navidad es la Navidad de la Estirpe, la otra navidad, que se la quede Santa Noel, Papá Claus o como se llame, el repugnante gordo al que el mundo rinde culto, como auténtico representante de las empresas multinacionales y los banqueros.

¡Y ahora que aclaramos de qué está hecho nuestro vino navideño, podemos brindar como hermanos!

31 dic 2008

Palabras de amor

Ayer vi por la primera el concierto de Rosario Flores en el Liceo de Barcelona y, con independencia del estupendo acompañamiento que tuvo con artistas de la talla de Diego el Cigala, Antonio Carmona, la Mari de Chabao, Coti, Paulina Rubio y, cómo no, su hermana Lolita, la verdad es que lo verdaderamente resaltable es la carga de emotividad y ternura que, pese a la fuerza de la raza del linaje de los Flores, tuvieron todas sus interpretaciones.

Sólo quiero dejar nota en este breve post del cariño con que Rosario y Lolita llevan a los escenarios lo mejor de su repertorio tan unido al recuerdo de sus padres y de su hermano Antonio.

Fue un gran concierto. Los amigos de Lolita lo dieron todo. Me llamó la atención el “comomelamaravillariayo” de una estupenda y sorprendente Paulina Rubio que interpretó a dúo con la Flores casi con la misma fuerza que su anfitriona.

Resalto –y cuelgo el enlace- “palabras de amor”, "la distancia" cantada con Coti y un melancólico acordeón, y “no dudaría”, ésta cantada a coro y a modo de colofón de un estupendo concierto cargado de sentimientos y de emociones.

29 dic 2008

Siempre la luna.

Con los ojos cerrados quiero dedicar unas palabras a mi musa de la ternura y del amor.. Pero advierto tras sus expresiones que, pese a su divinidad, sufre como cualquier ser humano los errores y avatares cotidianos que erosionan nuestra tan defendida felicidad.

Le exhorto para que luche por ella y ahora que la siento acosada por la adversidad le mando, con este breve poema, un abrazo, no, un abracito cálido, reconfortante y esperanzador con la seguridad de que más pronto que tarde las aguas, por las que ella siempre serpentea y se desliza, volverán al cauce de la normalidad.

Allí nos veremos.


La luna cruza tu lecho
cuidando de no despertarte,
y guarda, cómplice, secreto
de tu amor que,
entre pecho y pecho,
mece su espíritu errante.

Y cruza por tu ventana
y te mira
y calla.

Pero con su tenue resplandor
abraza tu alma de niña
y te susurra al oído,
y no es riña,
que no des tregua al amor.
Mi amor.
Mi niña.