
Los arqueros, con sus afiladas flechas y tensos arcos, forman la segunda línea de nuestro frente que, junto con los palafreneros de la fiera vanguardia, son el ariete de nuestro ejercito liberador de una tierra asolada por la tiranía dominante y de aquellas otras donde la quintacolumna lestrígona gana terreno en el Reyno de Ítaca y en las islas Gimnasias donde sus cuturas talayótica, romana, sarracena y ya mozárabe están en serio peligro.
Somos los justos, los exactos, pues nos abandonaron en el camino los logreros y posibilistas, pero como los 300 de Leónidas, sabremos dar batalla a nuestros enemigos con la certeza de que con su destrucción recuperaremos el alma de nuestro pueblo, su espíritu multisecular y cultura milenaria , aquella que ofrenda nuevas glorias a la Sagrada Tierra Media pero que también pide un puesto en la historia de justicia y dignidad.
Primera Chrónica aprócrifa de la conquista de la nueva Troya en el año MMIX de la Era de Nuestro Señor.( y VII)
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