LA CRISIS ECONOMICA DE LA CRISIS DEL SISTEMA (y IV. final)
¿MUROS ATENIENSES O VALOR ESPARTANO?
Finalmente: el deseo, hoy tan profundamente sentido, de entender cómo funciona nuestro sistema económico y, muy en particular, qué diablos es el dinero (y que ha convertido en inesperados best sellers varios libros divulgativos sobre economía, empezando por La crisis Ninja de Abadía o el Informe Recarte del que ya hablamos en otro post anterior), constituye el símbolo de una necesidad análoga, pero mucho más general, hoy más acuciante que nunca: la necesidad de salir de la caverna platónica, de “despertar” y volver a percibir la verdadera realidad de las cosas.
Lo imprescindible hoy es volver a repensar la realidad toda y reencontrarse con su más pura autenticidad.
Inmersos en una matrix dinerocéntrica, objetolátrica y plutocrática, y espoleados por el círculo cerrado del deseo y del consumo (motor inexcusable de un sistema económico y cultural perverso), hemos perdido la capacidad de comprender no ya sólo significado real del dinero, sino el sentido todo de la realidad.
Y, por ejemplo, ya no sabemos que, ante la crisis pavorosa que hoy se avecina (con, por cierto, una más que probable caída —de consecuencias globales imprevisibles— del gigante norteamericano ante el derrumbamiento más o menos próximo de los petrodólares, base de la hegemonía del tal gigante); ya no sabemos, digo, que, ante esa crisis planetaria, podremos defendernos más o menos bien en la medida en que hayamos sabido crear comunidades cuyos fuertes lazos de confianza y unión mutua y cuyo capital humano de alta calidad les permitan seguir funcionando incluso ante la eventualidad catastrófica de un hundimiento del sistema financiero planetario: seguir funcionando con confianza en vez de con dinero.
¿Recordáis por qué los espartanos no construían muros de piedra para defender su ciudad? Simplemente… porque los muros más hermosos e indestructibles nacen de la unión entre los hombres y de su valentía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario