Les ha costado, pero al final se han atrevido. Después de muchos meses de hacer malabarismos periodísticos para ocultar la evidente incompetencia del Gobierno Zapatero, el diario El País pone el dedo en la llaga. Algo tendrán que ver en el súbito y sorprendente cambio en la línea editorial del periódico insignia del Grupo PRISA, los agujeros que -con la ayuda de La Moncloa- les están haciendo en la cuenta de resultados Roures y los "Basketball People" desde La Sexta, Público y Mediapro, pero ZP debe de haber tomado nota.El editorial públicado hoy, sábado 25 de abril por El País se titula "Estado de alarma" y es una análisis feroz, casi despiadado de la actuación del gabinete socialista.
La tesis central es que los cuatro millones de parados confirman el fracaso de la gestión política de la crisis, que el diario de PRISA califica de "balbucenate".
EDITORIAL DE EL PAIS
"El escalofriante dato de que en el primer trimestre de este año se han superado los cuatro millones de parados, una cantidad nunca vista en España, y el hecho de que haya más de un millón de familias con todos sus miembros en paro, es razón suficiente para suponer que la gestión política de la recesión económica ha constituido hasta el momento un sonoro fracaso.
La principal tarea asignada por la ciudadanía desde que arrancó la crisis al equipo económico del Gobierno Zapatero consistía en evitar el desempleo masivo y los perniciosos efectos sociales -como la depauperización y un probable aumento de la delincuencia- que se derivan del hundimiento del empleo; pues bien, en un solo trimestre el paro ha aumentado en más de 800.000 personas y en tres meses la tasa de paro está 1,5 puntos por encima de lo que preveía el Gobierno para todo el año.
El mercado de trabajo está en situación de emergencia y la credibilidad de las previsiones económicas del Ejecutivo se ha esfumado.
Las causas de este fracaso y de la alarma que cunde entre los ciudadanos, sobre todo entre los afectados por el crash laboral, se resumen en dos. La primera es el tenaz negacionismo del Gobierno, empeñado durante muchos meses en minimizar la profundidad de la crisis financiera y el alcance de la recesión.
Este negacionismo, en el que ha sido especialmente activo hasta hace exactamente dos días el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, alentado por el desconcertante optimismo del presidente Zapatero, ha favorecido que no se tomen decisiones preventivas sobre un eventual hundimiento del empleo.
Hoy, cuando ya se ha hundido, el equipo económico no tiene todavía un plan articulado para crear empleo y evitar la caída de una parte de los parados en la miseria.
La segunda causa hay que buscarla en las balbuceantes medidas de estímulo de la demanda. El Gobierno ha combinado medidas erróneas -como la tristemente famosa paga de 400 euros- con otras más acertadas. Pero incluso las más correctas se han estropeado por una gestión política desmañada.
El plan de inversión municipal de 8.000 millones de euros era una buena idea, pero los ministerios se encargaron de diluirla al renunciar a cualquier tipo de análisis previo de los proyectos de inversión. Parte del dinero se ha perdido en gastos poco rentables en empleo o simplemente disparatados.
Las consecuencias del negacionismo y de la gestión negligente de los planes económicos han llevado al mercado laboral español a una crisis difícil de mejorar y con unas consecuencias políticas que pueden ser devastadoras".
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