7 feb 2009

Marcelo Campanier y un servidor de Vd.

Ayer Marcelo Champanier (Argentina, 1973) dio un concierto en Matisse y como en su anterior visita me quede con ganas de ir a escucharle pues allá que me fui.

Lo hice con un grupo de amigos muy rokeros que tuvieron la amabilidad de invitarme.

Marcelo Champanier nos deleitó con su nuevo disco "Buenas intenciones" y con canciones ya consagradas como "Caballos blancos", "El trio calavera" y "30 lunas de Abril" que tuvo la amabilidad de dedicarme. Yo me quedé de piedra.

Cuando Champanier anunció que iba a cantar este bellísimo tema (escuchadlo en el enlace) fue recibido con aplausos y por obra y gracia, influencia y generosidad de mis amigos -y también cierta ingenuidad de Marcelo-, Champanier me obsequió con este tema deseándome mucha suerte en mis cosas

Me quedé estupefacto, como os digo, pero reconozco que me encantó.
Luego tuvo el detallazo de regalarme varias copias de su CD que reservo para Jaime y Pau, un par de ellos, y el resto pues ya veré.
Os dejo con la web de Marcelo Champanier. Pinchar en "Conciertos", luego "próximos conciertos" y entrar en sus 4 temas más conocidos.

Web:
http://www.champanier.tk/
http://vids.myspace.com/index.cfm?fuseaction=vids.channel&ChannelID=113850404

Otros enlace de youtube:
1.-Buenas intenciones:
http://www.youtube.com/watch?v=Kr51SyAHMfQ
2.-Ya se que I've got you: http://www.youtube.com/watch?v=EChnNETj1GA&feature=related

6 feb 2009

Azul y azul

Gloria, mi Princesa del Río del Arenal, me envía este poema para que me muera de gusto y desparrame todos mis sentidos, todo mi ser, mientras ansío volver a encontrarme con ella a los pies de la Gran Cruz del Arzipreste.
Todos sus poemas, este "Azul y azul", "Al otro lado del tiempo" que figura en un anterior post, son un claro ejemplo del dominio que ella tiene, a través de su sensibilidad, inteligencia y gran corazón, de la poesía intimista.
Con su ternura reconforto mi espíritu y me reconcilio con tantas cosas que me quitan el sueño. Y lo que es más importante, su vitalidad me abre nuevos y esperanzadores horizontes más allá de esta angustia que me sigue negando la dicha y sosiego que ha de llegar.

AZUL Y AZUL
Lunes a Domingo,
me deshago en abrirte,
corro a tus risas, frescor del día.
Ancho abrazo de tu suerte
y la mía, enredadas, suave
ir y venir de este sueño.

Beso delgado, ágil laberinto
que traspasa cobre, se cuela
hacia ti y vuelve a mí, húmedo,
regando la estancia blanca
que me acoge. Azul también.
Magenta en mis mejillas
que reciben tu sol.

Supiste ser magia en palabras.

Ayer quisiste que nos encontráramos.
Libre. Aire en viento alado, agua
recorriendo estos cuerpos
tan lejanos. Esta boca fresa.
Te como la boca en el fluir
de nuestro espacio azul,
paredes que cambiaron de color
al paso de tus dedos aquella tarde.

Sabes a mar, a la sal de sus rizos
cuando nacen y mueren. Ritmos.
Ese baile caliente abriendo mis pulmones,
llevándome a la arena, ya sin cuerpo,
sin mentiras y sin ningún dolor.
Quiero morir. Morir en ti. En tus labios.

En los trescientos kilómetros
que recorres cada noche para contarme
tantos silencios, tantas manos adentrándose
allí, en el fondo de mis muslos, donde soy,
donde empieza el olvido de lo que fui.
Si tú quieres, quiero yo dejar de ser yo
Y empezar a ser tú, amor estrella,
Noche naranja y miel en nuestras lenguas.

Si queremos leernos nuestro cuento,
si quieres escribirme tus besos en mi espalda,
si quiero dibujarte colores en tu pubis.
Si quieres, no desees, no ilusiones,
no mires delante, donde está la caída,
el no, los relojes, las fechas, tu costado
cansado de cargarse los muros sobre sí,
rastreando recuerdos y proyectos.

Allí no estamos tú y yo.
Si quieres coger mi cara entre tus manos
y regalarle tu lengua a la mía,
en besos que no acaban nunca, nunca
muriendo porque se multiplican en ahoras
sin tiempo ni estructuras de arena.

Si quieres besarme, mira arriba, a lo alto,
A la nada que se estira más allá.
Ni roca, ni piedra, ni golpe. Solo aire,
Sólo lugares sin nombre.
Amor que es amor inquebrantable.
Que por eso es amor.
Gloria

Dos Reinas

Mañana tengo la exaltación de dos nuevas reinas de las fiestas de mi ciudad. Una por la mañana y otra por la tarde.

Estoy ahora sumergido en la redacción del texto que, como mantenedor, leeré en cada una de ellas para exaltar las virtudes de ambas.

Además el curro es doble porque son de la misma demarcación y las de la tarde acudirán al acto de la mañana y viceversa con lo cual los textos han de ser perfectamente originales, como cada una de ellas y la ocasión se merecen. Así que nada de repetir la poesía final que, a modo de "allegro" y colofón, debe de levantar el orgullo de la familia y las ovaciones del respetable.

Echo de menos la ayuda de Maria que fue la Gran Reina por excelencia de la Fiesta. La soberana y depositaria, entonces, de la llave de Ogigia y de mi corazón. Ella, que además es una estupenda escritora, bien me hubiera inspirado y acompañado en estos menesteres en los que, pese a mi experiencia, siempre necesito que me ayuden a vivirlo más y mejor de lo que lo hago.

Porque la Fiesta, que atesora la ilusión, tradición, fe y belleza de mi tierra, bien que se lo merece.

Por fin la bandera en Grascuña

En la isla de Grascuña, una de las principales responsables de la división de la tierra media en este puzle asimétrico, por fin ondea la bandera de la nación.

Los Cíclopes que tiranizan a su pueblo y que, junto con los Lestrígones de la antigua Marca, se enseñorean a su antojo en todo el archipiélago por secuestro sufragista y aritmético del Gran Orco que ocupa el trono de la nueva Troya, han tenido que doblar la rodilla ante el veredicto del Supremo Sanedrín Jurídico de la Nación que les impone el respeto a la ley, la heráldica y la tradición de la sagrada tierra media.

smarah@hotmail.es

Mas de buses


Este anuncio o campaña, o simplemente producto del fotosoft es una muestra más de que el humor negro no decae.
Estamos en crisis y es el humor que se impone por las circunstancias.
En marzo del 2008, no hace todavía un año, Zapatero nos prometía una tasa de crecimiento superior al 3%, pleno empleo y la biblia en verso.
He localizado en youtube el vídeo de rigor. Escucharlo ahora pone los pelos de punta y demuestra esa impostura que vengo denunciando de este titiritero que resulta insoportable en sus comparecencias por la escasa credibilidad personal y la mala escenificación de la que hace gala cada vez que se deja ver y oír.

Los amos del mundo

Este artículo de Arturo Perez Reverte es de Noviembre de 1998. Tiene 10 años. Leedlo, no tiene desperdicio. Es una clara anticipación de lo que estamos viviendo. Me que quedado de piedra al recordármelo una web amiga:

Los amos del mundo

Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla antro del computador, su futuro y el de sus hijos.
Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.

Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.
Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.

Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.

Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.

Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

4 feb 2009

Me toca hablar de Jaime I

Hace 800 años que nació el rey Jaime I de Aragón y me han encomendado la responsabilidad de dar una charla sobre su figura. Lo haré muy a gusto porque es un personaje que me resulta apasionante y sobre el que existen un montón de mitos y mentiras.

Pienso hacer especial hincapié precisamente en las mentiras. Las dos más graves son las que se refieren a la incorporación a la corona aragonesa de los territorios de la antigua Marca Hispánica, los deslavazados condados catalanes que hasta 1258 pertenecieron al Reino de Francia, y la que se refiere a la conquista aragonesa del antiguo Reino de Valencia, el más prospero y culto, junto con el califato de Córdoba, de la Hispania del siglo XIII.

Los dos mitos tienen que ver con las mentiras lestrígonas del nacionalismo esencialista catalán que han pretendido fundar la antigüedad de la nación-estado de Cataluña en aquellos pequeños e inconexos condados franceses que se incorporaron a Aragón con la renuncia del rey francés Luis IX, en el tratado de Corbeil (1258), en beneficio de la corona Aragonesa. La corona o confederación “catalano-aragonesa” es una memez y un embuste salido de la alquimia nacionalista.

Lo mismo que la supuesta participación catalana en la conquista de Valencia. Cataluña no existía en 1238 porque, como ya he dicho, eran unos condados franceses y no podían participar en una conquista con sello aragonés. Así que la mentira de la colonización política y lingüística del Reino de Valencia es otra de esas fabulaciones que nada tienen que ver con la realidad, entre otras cosas porque el idioma valenciano o romaç valencià estaba perfectamente formado, con estructura propia, siglos antes de la conquista jaimina como se demuestra con las jarchas árabes del siglo X y XI, o sea, doscientos años antes de la llegada de Jaime I y de cuya custodia se encargaron los cristianos que vivieron bajo es islam valenciano.

Cantos e himnos junto al hermano fuego

Acampamos en lo alto de un promontorio desde el que se divisa tanto la ciudad de Barcino, capital de la isla de los Lestrígones, así como la playa donde quedaron fondeadas nuestras naves.

Las hogueras del campamento concentran a nuestros soldados que, nerviosos por entrar en batalla con los antropófagos, ahogan su ansiedad con un buen vino del Terrerazo de las mejores viñas de nuestro bello y valentino Reyno de Ítaca.

Con la voz y crepitar de los fuegos los hombres y mujeres empiezan a entonar evocadores cantos de nuestra amada tierra, tan lejana en el tiempo como en la distancia.

Y como los viejos combatientes de los inviernos siberianos, cuyos gélidos cuerpos se rompían a la vez que avanzaban honrando el recuerdo de la bella “Lilí”, empiezo a entonar un himno nuevo dedicado a mi gran Reyno representado por la belleza y la inteligencia de la ninfa Calipso, crisol de las virtudes y bondades de nuestra raza y civilización.

En él se funde la solemnidad y marcialidad propia de los cánticos de lucha y el lirismo sarraceno evocador de la magnificencia y esplendor de nuestra tierra. Mi mano de soldado le impone un sentido heroico como la de los viejos cristianos, dispuestos al mayor de los sacrificios en la defensa de nuestra fe e identidad.

Todos, enardecidos pero a la vez cansados, elevamos como si de una oración se tratara este nuevo cántico de amor y de guerra que presidirá en el futuro cada una de nuestras campañas hasta la definitiva conquista de la nueva Troya, capital de nuestra sagrada tierra media.

Primera Chrónica aprócrifa de la conquista de la nueva Troya en el año MMIX de la Era de Nuestro Señor. (y V)


smarah@hotmail.es

3 feb 2009

La hipocresía de la "gran banca"

Escucho en televisión a Francisco Gonzalez, Presidente del todopoderoso BBVA, decir que ha bajado la demanda de créditos. La frase me parece de tal punto hiriente, injusta e insolidaria que no puedo reprimirme en el comentario.

Ayer Zapatero escenificó un encuentro más con la banca española y, a modo de tirón de orejas, preparó un atrezzo distinto al de la primera reunión. Esta vez los castigó sentados en torno a una mesa en forma de “u” que sustituyó a los butacones de “confidente” que tiene en Moncloa para las grandes ocasiones. Quiso que quedara clara, o al menos así lo creyéramos, que entre el y la banca hay suficiente distancia.

A la salida, tanto el patriarca de la patronal como el presidente del BBV echaron la culpa de la crisis al gobierno, a los empresarios, a los trabajadores y a todo bicho viviente. Todos menos reconocer la suya.

Pero, además de la impertinencia rayana en el insulto, la tomadura de pelo llegó cuando dijo que “si no se dan mas créditos es porque la demanda de ellos ha bajado”. Esto es indignante.

A este señor que, negocios y dividendos a parte, cobra más de 10 millones de euros por presidir el banco, alguien le debería decir que mentir con tanto descaro y en un asunto tan delicado que está poniendo de patitas en la calle a mas de 8.000 personas diarias y que sólo en enero ha supuesto el despido de 200.000 trabajadores, es una muestra inadmisible de insensibilidad social y una mentira mayúscula que no hace otra cosa que generar desconfianza y desasosiego en el mundo de la empresa y del trabajo.

Los bancos han vendido al estado los créditos que han querido y han hecho caja ingresando miles de millones que euros que no irán a los bolsillos de los contribuyentes que quieran comprarse un coche o un piso, o montar una empresa, o pagar a sus trabajadores y proveedores por el simple hecho de que no piden el dinero al banco, según el banquero.

Pero Francisco Gonzalez seguirá ingresando su pingüe nómina, esa que hace no saber que es la necesidad y que le lleva, como ahora, a insultar a la inteligencia de los ciudadanos que asistimos impotentes al expolio de la caja pública de la mano de la política y de la “gran banca”.


El sueldo de D. Francisco Gonzalez, Presidente del BBVA:

http://www.20minutos.es/noticia/430221/0/sueldos/ejecutivos/directivos/

2 feb 2009

Gaza y el realismo político

Esta colaboración de mi amigo y viejo correligionario en el Proyecto Cultural Aurora y en la revista Hespérides, Javier Esparza, hoy conductor del programa la Estrella Polar, en la Cope, me parece especialmente clarividente y brillante. Por eso, aquí lo tenéis.
Mil gracias de nuevo a los lectores que han multiplicado sus comentarios sobre mis textos acerca del conflicto palestino. En un país como el nuestro, donde el debate público prácticamente ha desaparecido, es muy gratificante comprobar que hay muchísimas personas dispuestas a debatir desde posiciones intelectualmente razonables y formalmente corteses, sea cual fuere su opinión. Y como el debate continúa, nada sería más inoportuno que cerrar el grifo. Ante todo, me van a permitir aclarar una posición que ha demostrado ser muy polémica: la del realismo político.

Es interesante comprobar la mala recepción de los criterios realistas en política. Mucha gente los interpreta como un puro cinismo, como algo inmoral. Ahora bien, esto es ignorar la larga y noble tradición del realismo político, que, por cierto, es particularmente rica en España desde los tiempos de Saavedra Fajardo y Álamos de Barrientos, y cuya principal virtud reside precisamente en que garantiza la claridad del juicio —también del juicio moral— frente a intereses espurios camuflados de bondad. El caso que nos ocupa es un buen ejemplo.

Hay lectores que refutan mi posición y apelan a la verdad, la honestidad, la generosidad, la justicia, la razón, etc. No me cabe la menor duda de que estos lectores no camuflan nada, sino que son sinceros. Ahora bien, se trata de unas verdad, honestidad, generosidad, justicia y razón que el enunciante pone en su propio plato de la balanza y niega enteramente al contrario. Las consecuencias son muy graves. Así planteadas las cosas, la galaxia verdad-honestidad-generosidad-justicia-razón debería llevarnos a defender a un grupo terrorista como Hamas o, alternativamente, a un Estado que sistemáticamente incumple sus obligaciones legales, como es el de Israel. Porque es eso, y no otra cosa, lo que está en juego ahora mismo. Y de este modo, al final del proceso, terminaremos justificando el mal objetivo —el terrorismo y la ilegalidad, respectivamente— en función de una interpretación subjetiva del bien. Esto nos devuelve al punto de partida de mi primer artículo: la realidad del conflicto palestino es que, a estas alturas, los criterios de carácter ético —¿quién tiene la verdad?-- ya no nos llevan a ningún lado, y precisamente por eso aconsejaba yo recurrir al criterio realista, que es la defensa del propio interés.

Esta defensa del propio interés no es en modo alguno una traslación del egoísmo individual al plano colectivo. Más bien es todo lo contrario. En política —en la política cabalmente entendida—, el interés propio es siempre una formulación del interés colectivo, comunitario, es decir del bien común —otro viejo concepto que habría que rescatar—, y por tanto es una forma evidente de altruismo: para mí, como nación, será bueno lo que es bueno para los míos, mis ciudadanos. Hoy los políticos han desvirtuado esto: consideran interés propio no el bien común, sino el bien de su partido o de su grupo de poder o de interés. Por eso la democracia se ha corrompido.

Esto no quiere decir que los criterios morales sean superfluos en el plano de la política mundial. Lo que quiere decir es esto otro: un criterio moral cuya consecuencia es lesionar a mi gente —por ejemplo, fomentando el poder de un grupo terrorista o respaldando el incumplimiento de la ley—, al cabo será una perversión funesta de la moral, porque produce un mal disfrazándolo de bien. Un buen ejemplo es lo que ocurrió en la primera guerra del Golfo, cuando Occidente, por criterios de tipo económico y un mal cálculo geoestratégico, apoyó a Sadam Hussein frente a Jomeini: en nombre de la necesidad de frenar al radicalismo islámico, porque amenazaba a nuestra seguridad, se dio alas a un régimen autoritario y violento al que luego hubo que frenar porque fomentaba el radicalismo islámico y amenazaba nuestra seguridad. El resultado es que desde hace treinta años nuestra seguridad está amenazada por el radicalismo islámico. Brillante, ¿verdad?

Hay también un bien común en la política mundial, sin duda. Pero salvo en casos muy concretos —e históricamente excepcionales— en los que es posible identificar a un agente como encarnación de un mal objetivo e irreductible, conviene tentarse mucho la ropa antes de definir ese bien común en términos que impliquen el derecho a aniquilar al prójimo. Por eso el criterio del propio interés colectivo —nacional e internacional— sigue siendo un recurso intelectualmente válido: ofrece un horizonte material y práctico de trabajo que busca ante todo salvaguardar a las personas. Considerar esto como una forma de cinismo revela una pérdida del sentido de la realidad; es todo lo contrario.

Lo que yo voy viendo es que el conflicto palestino ha puesto de relieve una especie de pensamiento-yihad (en los dos bandos) que nos saca completamente de quicio. Eso por no hablar de lo patético que puede llegar a ser que un país menor sople las fanfarrias de la justicia universal, como cuando en 1914, en esta España nuestra, no hubo casino de pueblo ni corral de aldea que no declarara la guerra a Alemania o a Inglaterra, según las preferencias de los lugareños. No seguiré por ahí porque no quiero ser hiriente, pero sí me parece importante llamar a la serenidad de juicio.

Sólo quiero recordar una cosa: las guerras más mortíferas, crueles y salvajes de todos los tiempos, las que más han amenazado a más gente en toda la Historia humana, han sido las guerras “morales” libradas desde la Revolución francesa, y siempre, todas ellas, en nombre de principios absolutos que cada uno de los bandos se atribuía en exclusiva y, por tanto, negaba al otro. La aplicación de principios abstractos universales y absolutos al terreno de la política internacional ha conducido a negar la humanidad del enemigo. Esto es demencial.

Y una última nota: por mucho que moleste a quien fuere, lo cierto es que quien ha planteado una reivindicación de poder —no de verdad, justicia, razón ni nada de eso: de poder— sobre Al Andalus, es decir, sobre el territorio de mi gente, es el radicalismo islámico. Aquí no soy yo quien ha designado al enemigo, sino él quien me ha designado a mí. No me deja otra opción que tomar medidas.

A partir de aquí es posible inclinarse por unas u otras soluciones, orientar el juicio hacia determinadas salidas o sus contrarias, respaldar a uno u otro de los contendientes después de un proceso de negociación, pero sólo a partir de aquí, no antes. Porque si la decisión se toma antes de reconocer el paisaje, antes de dibujar el tablero —y en eso incurren inevitablemente las posturas guiadas por apriorismos ideológicos—, las posibilidades de que las piezas le caigan a uno sobre la cabeza son numerosísimas. Las cabezas que recibirán el impacto no serán las de los mandamases, sino las de la gente del común, tanto aquí como allí. Y vuelta a empezar.

En todos los comentarios de los lectores subyace un asunto crucial: qué política mundial podemos predicar los españoles, los europeos, en unos tiempos en los que ya no pintamos nada. Si los lectores no se cansan de escribir aquí sus opiniones, a eso podemos dedicar un próximo artículo.

Otra de amor bajo cero

De “El Semanal” fusilo esta bella historia de amor, también bajo cero. De Perez Reverte.

Los llamaremos Paco y Otti. Fueron amigos míos hace mucho tiempo, y no sé qué será hoy de sus vidas. Los recordé anoche, cenando con otros amigos a los que, al hilo de diversas cosas, conté su peripecia. Y mientras lo hacía, caí en la cuenta de que se trata de una de las más pintorescas historias de amor de las que tengo noticia, y que nunca la he contado por escrito. Lo mismo les apetece leerla hoy a ustedes. Ya me dirán.

Primero, situémonos. Marbella, final de los años sesenta. Otti es una guía turística finlandesa, rubia y escultural, que pastorea a un grupo de guiris. La noche antes de regresar a Helsinki, se va de marcha y en una discoteca conoce a Paco. A él también lo pueden imaginar sin esfuerzo: moreno, guapo aunque bajito y un poquillo tripón. Chico de buena familia y sin un duro, que toca la guitarra por los bares. Simpático, golfete y con una cara dura absoluta, muy española.

La noche sigue como resulta fácil imaginar: apartamento de Paco, un par de canutos, mucha guitarra y una dura campaña entre sábanas arrugadas, toda la noche dale que te pego, hasta que, ya amaneciendo, ella le da un beso, se despide sonriente y se larga al aeropuerto. Fin del primer acto.

Mientras Otti vuela de regreso a su tierra, Paco se queda en la cama, pensando, y concluye que se ha enamorado como un becerro. Necesita volver a verla, pero hay un par de problemas. Por una parte, ella no tiene previsto volver a Marbella. Por la otra, él no tiene un duro. Y para rematar la cosa, no sabe de la finlandesa sino su nombre y apellido –supongamos que éste es Kaukonen–. Ni una dirección, ni un teléfono. Nada. Pero como digo, está enamorado hasta las trancas. Y tiene veintiocho años. Así que se levanta de la cama, vende su Seat 124, le pega un sablazo a un amigo –doy fe de que era su especialidad–, compra un billete de avión –sólo tiene dinero para pagar el viaje de ida– y coge el primer vuelo a Helsinki, vía Londres.

Sigue en el enlace:
http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_firma=8272&id_edicion=3867

La grandeza de la amistad

Esta madrugada he visto la grandeza de dos hombre rivales.

Tras la victoria de Rafa Nadal sobre Federer todo el mundo ha presenciado, y yo estremecido, como este gran jugador -probablemente hasta hoy el mejor, lloraba emocionado tras su derrota.

Muchas veces la entereza supera la virtud y se adentra en la impostura resultando una muestra mas de la hipocresía dominante. La emoción hecha lágrimas es, porque no, un gesto de humanidad y de sencillez. Federer lloró su derrota pero todos celebramos su grandeza.

Lo mismo que con el Gran Campeón, Rafael Nadal que, lejos de exteriorizar con estridencias y exagerados gestos su victoria, celebró con sencillez su éxito y dedicó sus mejores palabras y abrazos a su compañero vencido.

Ayer vimos un gran encuentro entre dos grandes hombres y dos grandes corazones amigos.