27 feb 2009

Atrapados por nuestro lado oscuro


Élisabeth Roudinesco (París, 1944), historiadora y docente en la universidad de París VII, ha escrito un ensayo histórico sobre nuestro lado oscuro, recién editado por Anagrama, donde reúne algunos casos señeros de lo que a lo largo de los siglos se ha considerado la cima de la perversión.

Se trata de un breve catálogo de infames y proscritos, que empieza con los místicos medievales flagelantes cuando empiezan a convertirse en un problema de orden público y religioso y a ser vistos como poseídos por las pasiones demoniacas que pretendían vencer; que prosigue con Gilles de Rais, el noble francés y soldado caballeresco que asesinó de la forma más cruel y repulsiva a más de trescientos niños, y al que Georges Bataille dedicó un ensayo seminal; continúa con la aventura patética del marqués de Sade, fabulador deseoso de transgresiones que cuando vio realizadas por el Terror de la Revolución le horrorizaban; prosigue con los paradigmas de perversión en el mundo positivista del siglo XIX.

En la galería de personajes de nuestro lado oscuro destaca el caudillo de Al Qaeda, Osama Bin Laden, adalid de "la representación del asesinato por el asesinato". Bin Laden recuerda a aquellos genios nihilistas de las ficciones subculturales que deseaban destruir el mundo. Pero según Roudinesco, el líder de Al Qaeda recuerda más bien al protagonista de la novela El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde: un hombre de la mejor sociedad, educado en la excelencia, entregado a todas las depravaciones, vicios y perversiones, permanece físicamente juvenil e intocado por ellas, que se reflejan sólo en su retrato al óleo.

El personaje Dorian Gray es de una gran belleza física, de una gran inteligencia, como Bin Laden, que de joven era muy guapo, creció en una familia muy próspera, conoció y apreció la civilización occidental... y en su interior empezó a germinar la inversión de lo que había sido, la metamorfosis."No sé si usted se ha fijado", dice Roudinesco, "pero cada vez que filman a Bin Laden se vuelve más y más feo. El crimen se muestra en los rasgos de la cara. Fíjese en las fotos. No es sólo cuestión de que envejezca. Es un personaje inquietante, diabólico".

Como geniecillo menor de la perversión y resumen de su tesis Roudinesco comenta la deriva del fiscal Starr, el que le hizo la vida imposible al presidente norteamericano Clinton y buscó desesperadamente una mancha de semen en un vestido de Monica Lewinsky: "Un gran perverso. Todos los grandes fiscales, fiscales del alma, que quieren sanear el fondo de nosotros mismos están forzosamente habitados, ellos mismos, por el diablo, hechizados por el mal que ven en los demás. El puritanismo es una teoría perversa".

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