26 feb 2009

Donde las dan, las toman

El nacionalismo esencialista de Grascuña que sustenta todas sus teorías sobre las razones de la víscera ha recibido una respuesta en sus justos términos.

Si al final lo que se impone es el sentimiento tribal sobre el derecho y el imperio de la ley se queda una mera invocación retórica, los ciudadanos se muestran indefensos ante la barbarie nacionalista.

Le ha pasado a este joven vasco, hijo de un concejal socialista, al que le destrozaron la casa los de ETA con una bomba. Si el sistema no impide la violencia nacionalista, si el estado de derecho hace aguas por todos sitios, si los violentos campan por sus respetos sin que pase nada, pues eso, que luego no se quejen de que los ciudadanos pierdan la fe en el sistema, se sientan desamparados y recurran a lo mas primario que les dicte el corazón: la venganza.

Si el estado de derecho, la razón, la ley y la justicia sólo figuran en el frontispicio de las instituciones pero luego toda la tramoya del sistema se sostiene en la mentira, la brutalidad se va imponiendo poco a poco, vuelve la ley de la selva y donde las dan las toman.

Os dejo el enlace de la destroza que este ciudadano hace de una Herriko Taberna que es el local donde los cíclopes se reúnen para planear como tiranizar la isla de Grascuña (Euskadi).

http://www.youtube.com/watch?v=fvyFYUP69oo

1 comentario:

Berenice dijo...

Sí, smara, donde las dan las toman. En ese escenario y en cualquiera. Pero, yo, que soy tan esotérica (no se confunda con histérica), barro para casa y prefiero no cargarme mi vapuleado corazoncito con venganzas que, la inteligencia y ecuanimidad de la Gran Naturaleza se ocupará sola de redirigir en forma benévola para cada cual.

Aunque, cada cual no alcance a comprenderlo.

Pez