15 ene 2009

La gran copiada...

Ayer tuvimos un almuerzo de compañeros y compañeras de carrera y hubo risas de menú principal. Las chicas, como siempre, nos sorprenden con anécdotas universitarias que muchos ya no recordábamos. Los chicos, pues de todo, alguno de los mas graciosos lo son ahora más ayudados por el frenesí de la comida y de la bebida que fue abundante.

“…Era verano del 84 o del 85 y hacía mucho calor y las ventanas del aula estaban todas abiertas. Paula salió al servicio a recoger un ejemplar del examen ya resuelto por Juan, que ya había terminado y entregado el suyo.

Paula lo entró en el aula bajo el refajo y con la cara descompuesta por el pánico a la pillada. Antes de entregarlo se lo pasó a Ana y a Begoña para que lo copiaran como Dios manda, y luego se lo pasaron a Josele….

Así, Begoña, Ana y Josele pudieron completar las respuestas y en el momento en que este último fue a devolverlo a Paula, la heroína de haberlo introducido -ya se acababa el tiempo del examen- algo debió de alertar al profesor que se levantó y empezó a caminar hacia nuestro grupo que se encontraba en el fondo sur del aula.

Josele, acojonado y ante la desesperación por el peligro que se cernía sobre el, hizo una bola con el ejemplar original, el de Paula, y lo tiró por la ventana ante el estupor de esta y de todo los compinchados. ¡Dios!

Paula, con una histeria contenida empezó a insultar con los labios a Josele con unos tenues “hijoputas” que a la salida de clase -y Paula sin examen- se convirtieron en estruendosos ¡HIJOPUTAS! que el pobre soportó estoicamente, entre súplicas de perdón, mientras acudían a recoger la copia lanzada desde la primera planta y evitar así dejar pruebas de una gran copiada".

Pues todo esto, a los postres de una buena comida y de buenos vinos, da más risa.



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