Me pongo en la piel de los padres de Marta, la joven sevillana asesinada de manera cruel y abyecta por un tiparraco, y creo que es justo que se pase el resto de su vida en la carcel.Una de las grandes asignaturas pendientes de nuestra débil democracia es los grandes complejos y demás déficits de la justicia española. Hemos asistido inermes e impotentes a multitud de crímenes de delincuentes reincidentes o simplemente de personas a los que no se les había exigido el cumplimiento de sus sentencias.
La inejecución de las sentencias, el cumplimiento parcial de las mismas por la aplicación de un sistema de redención irracional, todo ello nace de ese complejo que tiene nuestra democracia de exigir el cumplimiento de las penas sin ningún tipo de tapujo o muestra de debilidad como lo hacen las mas asentadas y firmes democracias occidentales.
Media Europa tiene vigente la cadena perpetua. Yo no creo para nada en la pena de muerte. ¿Que redime o como paga su responsabilidad un condenado? ¿Con la muerte?. La muerte en sí misma es admitir la incapacidad y fracaso del propio sistema. Pero pasar de ello a la redención por cualquier cosa y que los presos acaben en la calle con sólo cumplida una quinta parte de su pena, hay un abismo.
De Juana Chaos, ese Cíclope de mala madre sólo ha cumplido 8 meses por cada uno de sus 25 asesinatos. ¿Es esto justo?
Estoy con los padres de Marta: a la cárcel y la llave de su celda al fondo del Guadalquivir. Para siempre.
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