
Las arrugas de los fumadores son más estrechas, profundas y muy definidas
La piel es el primer órgano que muestra los efectos positivos del abandono del tabaco
El envejecimiento prematuro por el tabaco se hace más evidente en la cara. (Foto: Iñaki Andrés)
Actualizado viernes 20/02/2009 20:09 (CET)
Se conoce como el 'rostro del fumador'. La persona presenta una piel rugosa y un tanto grisácea, su cara deja a la vista los relieves óseos (especialmente de los pómulos), los labios y los ojos están rodeados de arrugas finas, líneas profundas y superficiales en las mejillas y las mandíbulas.
Según señalan los expertos, las arrugas de los fumadores son distintas, más estrechas, profundas y con contornos bien marcados.
Todos estos cambios causados por el humo del tabaco "suelen manifestarse a partir de los 35 años y son directamente proporcionales al grado de consumo", afirma el dermatólogo Just-Saboré en una revisión que publicó en mayo de 2008 en la revista de la Academia Española de Dermatología (AEDV), 'Actas Dermosifiliográficas'.
Además, el tabaco se asocia con otras alteraciones dermatológicas. Incrementa el riesgo de aparición de psoriasis y reduce la respuesta a los distintos tratamientos. El humo del cigarro también afecta a la cicatrización de las heridas. Julián Conejo-Mir, presidente de la Academia Española de Dermatología y Veneoreología (AEDV), insiste en que "también provoca acné, cáncer cutáneo y alteraciones en la estética bucal [aumento de la placa bacteriana, mayor riesgo de gingivitis, irritación de mucosas y encías, color amarillento de los dientes]".
Los enemigos de la piel
Los estudios epidemiológicos realizados hasta la fecha confirman que el riesgo de arrugas de las mujeres fumadoras es casi el triple respecto a quienes no consumen tabaco y el doble en el caso de los hombres. "Por lo general, las mujeres tienen una piel más delicada", aclara Justa Redondo, presidenta del VIII Congreso Nacional sobre Prevención y Tratamiento del Tabaquismo, que se celebra en Córdoba hasta el próximo 21 de febrero.
Aunque los cigarrillos lesionan la piel del cuerpo entero, "el envejecimiento prematuro resulta más evidente en la cara, ya que es la más expuesta a los rayos ultravioletas del sol".
Las radiaciones solares y, en segundo lugar, el tabaco son los enemigos más destacables de la piel. "Cualquiera de los dos que actúe durante meses hace que la piel envejezca como si hubieran pasado años, muy prematuramente", afirma el especialista Conejo-Mir.
Efectos reversibles
El propio organismo trata de regenerar las células dañadas y esto se puede complementar con otros tratamientos efectivos. "Aumentando la ingesta de vitaminas [A, C, E, Zinc, Selenio], oligoelementos [hierro, yodo, manganeso...], presentes en muchas frutas y verduras, se favorece la síntesis de colágeno y muchas frutas y verduras", recomienda la doctora Puig.
¿Por qué el tabaco envejece la piel?
Este proceso de envejecimiento prematuro se debe a la acción de los radicales libres contenidos en el humo del tabaco, responsables de la oxidación de las células de la piel. Así lo afirma la dermatóloga del Hospital Clínic de Barcelona, Susana Puig: "El tabaco induce la producción de radicales libres, que favorecen el envejecimiento" y a su vez, produce una disminución de la vitamina A, encargada de proteger a la piel de dichas moléculas.
1 comentario:
No cabe duda de que el tabaco es muy nocivo para la salud. Estos tiempos que corren, no obstante, desatan modas anti-todo. Uno de los grupúsculos más vapuleado ha sido el nuestro, el de los fumadores. Y, como cada vez que las modas y las masas se ceban con lo de turno, se desatan en torno a la monoguerra contra ese "turno" una cadena de injusticias que sólo sirven para provocar efectos contrarios en unos casos o generar frustraciones y culpabilidades no deseadas, en otros.
Cualquier causa, por noble que sea, cuando parte del ataque y la imposición de criterios, no suele tener los efectos deseados.
Ni que decir tiene, además, que las generalizaciones son tan odiosas como los sabihondos estudios que hoy afirman categóricamente una cosa y mañana, otra, a veces curiosamente opuesta. Sí, hay personas que fuman como carreteros y sus cutis, juventud y resistencia en el hábito deportivo son la admiración e incógnita de sus amigos y la envidia e injuria de sus enemigos.
Por otra parte, en los locales donde practicamos las beneficiosas relaciones sociales, véase restaurantes, bares de copas, etc, se leen carteles como "Prohibido fumar". No así "Prohibido beber" o "Prohibido inflarse a estimulantes y antidepresivos", ya que son gestos sociales políticamente correctos. Ignoro la razón, pero la intuyo: porque, en el fondo, generan más dependencia, menos curación y más engorde de arcas públicas y privadas.
Y, desde luego, el abuso de alcohol o de fármacos inhibidores o propulsores de determinadas funciones neurológicas están elevando peligrosamente las tasas de morbilidad (según los estudios y estadísticas, por supuesto), tanto en el propio adicto como en víctimas pasivas que sufren las consecuencias de conductas irresponsables en muchos de nuestros entornos y con más énfasis, en el de la carretera.
No dude, sr. smara, que la figura de Francisco Franco, léase dictadura en cualquiera de sus formas y maneras, sigue rezumando represión por las esquinas de cualquier forma de intolerancia.
Si para este comentario, compañero blogero, se reserva el derecho de admisión, vetándoselo, lo comprenderé sin queja, pues soy ciudadano del mundo.
Y eso, señor, me ha dotado de una inconmensurable comprensión a maneras, pensamientos y palabras distintos a los que yo practico.
Saludos.
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