9 abr 2009

-Cuba Libre o "La pasión según Carmela"

2009 comenzó con las celebraciones oficiales y oficiosas de los cincuenta años de la revolución castrista en Cuba. Para los progres del mundo entero Cuba es un modelo, y los protagonistas de aquel asalto armado al poder son héroes si no mitos.

Sin embargo, la realidad cubana es muy otra: Cuba es un Estado totalitario, un régimen comunista fundado en el terror, crecido en la miseria, vertebrado por una nueva oligarquía de ricos y poderosos y lo más opuesto que cabe imaginar a un país libre.

Quienes en 1959 y antes lucharon sinceramente por la libertad han sido defraudados. Quienes visitan hoy Cuba pueden comprobar, si no se dejan llevar por las falsedades turísticas ni por la propaganda oficial, que el país real dista mucho de los sueños de un idealista.

Marcos Aguinis ha convertido en novela ese conjunto de sensaciones contradictorias.Carmela Vasconcelos, médica cubana, e Ignacio, economista argentino, son los protagonistas de una aventura que arranca de la lucha en Sierra Maestra contra el régimen dictatorial de Fulgencio Batista. Ambos son personajes bien construidos y perfectamente realistas. Son realistas su pasión, su amor y sus sueños compartidos; es realista también su deseo de construir un mundo mejor y su fe en poderlo hacer luchando contra las injusticias del capitalismo.

Muchos hombres y mujeres han creído y han vivido lo mismo a lo largo del siglo XX, y siguen haciéndolo en el siglo XXI. Muchos han creído también que era legítimo e incluso obligado imponer la libertad por la fuerza.

Los barbudos castristas de los años 50 anticiparon el camino recorrido en los 60 y los 70 por los terroristas de extrema izquierda y desde los 90 por los okupas y las distintas sectas de la extrema izquierda; también los anarquistas españoles de la primera mitad del siglo XX tropezaron en la misma piedra, y terminaron convertidos en compañeros de viaje del comunismo, aportando su propia barbarie, antes de ser aplastados por una dictadura peor que cualquiera de las que en sus sueños habrían querido evitar.

Ese camino tiene al final sólo dos salidas: o la aceptación de un régimen totalitario, o la desilusión de quien sinceramente buscó la libertad y se encontró a sí mismo convertido en cómplice del crimen genocida marxista.

No hay comentarios: