26 abr 2009

-Muy, muy en silencio


Con el permiso expreso, inmediato, de mi Princesa del Río del Arenal traigo de su blog este bello poema muy, muy en silencio.

Muy, muy en silencio,
absorta en un aire sin nombre,
sola, tranquila y vacía,
acojo en mí la brisa de la tarde.

Me siento como un tallo quebrado,
magnífico, inmóvil y peregrino.

Mar amigo, amante,
duende en mis noches de atalaya,
cercanas a la nada de ti.

Grande como ese todo, grácil,
de alta cuna y resplandor oblícuo.

Tiene que ver con el tiempo,
ese querer, se fragua con besos
y miradas y dulces de naranja macerada,
con el azahar que nace de mi cuerpo
ungido, emanando un perfume palpable.

se amor silencioso y paciente.
La esencia de la belleza, tanta belleza,
que sólo puede sentirse
a través de un espíritu vacío.

Sin historia, sin inercias, sin cuentas.
Es una cuestión de tiempo y rosas.

Porque lo bello es lo que se coge
en el momento en que ocurre.

Quizá estar vivo sea ésto,
perseguir la belleza del instante
y rendirle culto a su muerte.

Sonreírle a la también efímera
herida que nos deja ese sabor
y transformarlo, por obra de la fe,
en agua clara y límpido aire.

Engendrar, universalizar.

Intuir su esbozo.

Abrigar el corazón, desnudándolo.

Sin contienda ni rebelión.

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