8 mar 2009

- Fin de semana festivo

El jueves pasado presenté mi último libro. El viernes tomamos la calle y la noche de la ciudad para paladear nuestro suculento plato regional confeccionado en medio del asfalto. Ayer sábado, con toda la pompa y rodeado de mucho amigos de siempre fui designado Patrono de Honor (léase pagano) durante un acto, a la vez, solemne y divertido.

Fue en el emblemático Palacio de la Exposición, un excelso edificio que une el gótico florido civil, militar y eclesiástico en cuyo patio cubierto estuvimos hasta las tantas de fiestorro total.

El personal estaba roto, cocido. A mediodía se puso entre pecho y espalda, precisamente eso, un estupendo cocido callejero que acabó con una monumental parada sarracena. Pero como los organizadores del acto de la noche decidieron que fuera una cena fría regada con un estupendo Moët, pues fue toda de pié para acabar de reventar las varices.

Y luego el bailoteo al que un servidor no está acostumbrado y que, para no ser menos, me entregé, resultando, al final, muy muy divertido porque acabamos primero con "filàs" y luego con el trenecito. Un desparrame.
Hoy me duele todo. Y esto no ha acabado.

1 comentario:

Berenice dijo...

Uy, smarA, pero si te estás destapando muchíiiisimo...

A este paso, el día menos pensado sales de la guarida.