- Nuevos proyectos

Llevo entre manos el consolidar alguno de mis trabajos literarios. Uno de ellos y que me hace mucha ilusión es escribir sobre la historia del Reino de Ìtaca partiendo de las obras de recuperación de los cimientos de su palacio real.

Cuando se produjeron las primeras excavaciones hace la friolera de 20 años empecé a recopilar datos del mismo bajo la creencia de que en algún momento sería realidad. Ayer, nuestros munícipes acordaron recuperar una parte de aquel palacio de origen sarraceno que fuera residencia de los reyes moros, primero, y cristianos después, de uno de los viejos reinos de las hispanias, centro de una de las culturas mas florecientes de la sagrada tierra media.

Junto a él existe otro magnífico edificio del siglo XIII que fuera inicialmente hospital y asilo, y que se convirtió en el actual Monasterio de la Trinidad. A él acudía caminando la Reina Isabel La Católica a oír misa junto a su sobrina, Sor Isabel de Villena, superiora de la orden de las Clarisas y una de las autoras mas importantes del Siglo de Oro de la lengua valenciana y que escribiera una gran obra: el "Vitae Cristi".

De la historia de estos dos edificios, de sus huéspedes y de los acontecimientos que protagonizaron quiero contar -y ya estoy en ello- su relevancia y trascendencia histórica.

Lo malo de los entusiastas (que nos gusta hablar y que acabamos haciendo estas osadas incursiones literarias) es que se nos acumula la faena y mi trabajo sobre la conquista de la Nueva Troya y otro donde me presentan (pero colaboro "in vigilando" en él) con una absoluta desnudez biográfica, se resentirán. Y uno más, muy neopetrarquista y amoroso.

De la Primera Chrónica Apócrifa de la Nueva Troya ya os adelanté el principio de algún capítulo y del otro no lo hago porque hablar de un trabajo sobre uno mismo -aunque sea ajeno- está feo. Sólo decir que me presentan tal cual. Ya sin ataduras de ningún tipo y contando, a modo "alatriste", lo que he dado de si. Y de no. Con pelos y señales.

Y mi libro sobre el "loco amor" es un conjunto de poemas que ya veremos y en el que necesitaré corrector. Y censor.

Eso.

Y ahora, con riña incluída de mi Princesa del Rio del Yin Tao, me voy a tomar un buen chocolate con buñuelos.