10 ene 2009

Ayer cené con mi amiga Charo

Ayer cené con mi amiga Charo. Charo es una de mis heroínas diarias profundamente comprometidas con la discapacidad y su integración social y laboral.

La conocí ahace 10 años en Zaragoza con motivo de la celebración de un congreso nacional sobre este tema. Desde entonces nuestra relación ha sido muy intensa.

Cuajó una amistad vigorosamente fundada en una identidad emocional y, a la vez, intelectual, y en un profundo compromiso en la lucha contra la marginalidad social. También en la defensa de principios muy nuestros que ahora no vienen al caso.

Me llamó porque se le había escapado una chavala de 18 años de una de sus viviendas tuteladas donde acoge a chicos y chicas con discapacidades intelectuales. La joven, proveniente de una familia desestructurada y víctima de multitud de abusos, ingresó en un centro de menores después de que la abandonarán sus padres. A su mayoría de edad, la administración le pidió a Charo su internamiento en una de sus viviendas e ingresó recientemente.

Y llegó el amor. Nuestra interfecta se enamoró de un mozalbete y lleva dos días desaparecida. Charo estaba que le iba a dar algo. Avisó a la Policía Nacional, Guardia Civil, a la Administración de tutelas…. El caso es que estamos seguros de que aparecerá pronto.

Me pidió si le podía echar una mano e ingresarla una temporada, una vez volviera o la encontraran, en una de las residencias de personas con discapacidad a las que estoy vinculado, con el fin de que se diera cuenta de las ventajas que tiene vivir en una vivienda tutelada donde 4 o 6 jóvenes viven una vida semiautónoma vinculada a un programa de integración laboral.

Recordamos cuando a mi me pasó lo mismo con otra chavala, Ro, y estuve una semana buscándola en los bajos fondos de la ciudad hasta que la localicé. Luego fue ella la que la acogió un tiempo en una vivienda suya. Y muchas cosas más que ocurrieron a raíz de esto que dejo para otro post.

El caso es que ya está todo preparado para acogerla y veremos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Durante la agradable cena de ayer Charo me dio una noticia de la que yo ya intuía algo desde hace un par de meses pero que ella guardaba celosamente: se casa.

Charo es una de esas mujeres admirables que, a su edad, cuando ya parecía que iba a consagrar la totalidad de su vida a la emocionante aventura de la discapacidad, ha encontrado al hombre adecuado y bueno que la quiere en toda su dimensión personal y social. ¡Qué gran mujer se lleva este hombre!

Si habéis visto a Ingrid Berman en Casablanca recordaréis la escena memorable en el café de Rick´s (Humphrey Bogart) en que ella (aquí sería el) cuando su marido, Victor Laslo, un infatigable luchador de la resistencia francesa interrumpe un himno alemán, cantado por un grupo de oficiales nazis, entonando marcialmente la Marsellesa. Ella observa la escena con una mirada emocionada fruto del orgullo que siente por el arrojo y valentía de él. Por su compromiso. Por su heroísmo.

Estoy convencido de que el novio de Charo tiene y tendrá multitud de motivos para sentirse orgulloso de ella. Y eso les hará mucho más felices.

Enhorabuena.

Os dejo con el enlace de la secuencia de Casablanca. No os la perdáis y veréis de lo que hablo.
http://es.youtube.com/watch?v=1_BUnWlCOPo

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