Cuando llegué a casa pasada la 1 de la madrugada pude ver el final de “Sin tetas no hay paraíso”. Una ensalada de tiros, sangre, muertos…. para, al final, sobrevivir el Duque pese a la gravedad de sus heridas.
Tras un cartel de “3 años después” el guapo Duque aparece junto a su novia y un crío en una estupenda mansión con una gran piscina mientras su voz, en “off”, nos daba una lección de moralina barata diciendo que lo que verdaderamente redime al crimen es el amor.
Pues dejo constancia que yo no estoy de acuerdo. Discrepo con que la deuda social de un delincuente se pueda pagar con el amor a su pareja. Me parece tan estúpido como injusto este final irracional que da la impresión de que a la cárcel sólo van los feos y que por la vía del amor se paga todo. Todo no.
Comprendo que muchas mujeres no estarán de acuerdo con ello. A riesgo de cargármela, pues todavía es un poco pronto para hacer estas reflexiones en voz alta cuando seguimos bajo el síndrome emocional de la belleza del malo, creo que puede ser interesante, aunque no importante, dejar constancia de esto.Sobre todo desde la tranquilidad de que la justicia no tiene ese tipo de miramientos.
Video fotográfico del final de "sin tetas..."
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