El “efecto“ Rosa Diez es el resultado de una calculada estrategia promovida por nuestros amigos de la Cope y del inefable “Pedrojota” con el fin de desbancar a Mariano Rajoy de la presidencia del PP y elevar a sus altares a Esperanza Aguirre.
El pánico que produce en la Cope y en el Mundo las buenas relaciones del actual número dos de Rajoy, Alberto Ruiz Gallardón, con el Grupo Prisa y la posible candidatura de este a la presidencia del Gobierno de la Nación para las todavía lejanas elecciones del 2012, son –a mi modesto entender- las verdaderas razones de esta movida mediática.
Gimenez Losantos y P. J. Ramirez lanzan el órdago a Rajoy a modo de listón: o vences en las gallegas, mejoras en las vascas y ganas las europeas de Junio “o te tienes que ir Mariano”.
Y “pa ayudá” –como dice Federico en su mañana- jalean a la ex consejera de turismo vasca que pasa de su rosa pálido de un 1% al reventón fucsia de un más que notable 5% que le llevaría a tener la llave de la gobernabilidad en el 2012 y condenar a los infiernos a un PP que no levantaría cabeza ya en años.
Pero en el fondo no es eso lo que pretenden. Se trata de sacar a pasear a Dña. Rosa Diez durante un tiempo, el justo y necesario para ventilar los errores de un PP que va dando bandazos desde un efervescente nacionalismo español que recupera himnos y banderas (lo cual me parece estupendo) hasta abrazar la estrategia gallardonista de mirar hacia el otro nacionalismo, el esencialista, el del tam-tam de los reyezuelos catalán y vasco, con el fin de poder cuajar una mayoría después de los comicios del 2012. Se trata de que Mariano pierda todo lo que haya que ganar y con su dimisión se abra un proceso interno que lleve a la presidencia del partido a Esperanza Aguirre. Y luego a Rosa Diez que le den.
La cuestión es si la presidencia popular la alcanzará Aguirre o Gallardón. Si es el alcalde –aquí la llave la tiene la actual estructura con la designación de compromisarios- habrá Rosa Diez Para rato. Pero si gana la candidata de Losantos y Pedrojota, el partido de Rosa Diez tendrá los días contados.
Resulta paradójico ver a la derecha mediática destrozar a la actual derecha política con el fin de producir en su seno una auténtica involución. Y todo ello con un partido emergente, el de Rosa Diez, como arma arrojadiza a la testa de Rajoy y de su palafrenero Gallardón, que representa una variopinta amalgama política que va desde la extrema derecha hasta la Unificación Comunista de España (UCE) integrada en el partido fucsia.
La Unión, Progreso y Democracia de Rosa Diez, a los que -como un servidor que va por libre por la vida- nos resulta atractivo y simpático por su carácter contestatario, tiene el gran defecto de su carácter instrumental, de su amarillismo, mas cuando compruebas que las manazas mediáticas que lo apadrinan lo único que pretenden de él es precisamente lo contrario, o sea, consolidar el duopolio dominante controlando la presidencia y estructura del PP como única solución alternativa al PSOE.
O sea, más de lo mismo.
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