En una de las cosas en las que hemos notado la bajada de precios, y por ende, de calidad en Mercadona es en la verdura y la fruta. Es cierto que Mercadona con sus marcas blancas ha conseguido bajar los precios y el coste del carro diario es cada día menor. En el camino se habrán quedado un montón de productores y empresarios proveedores de la macrocadena valenciana, y otro montón de marcas que ya no tendrán hueco en sus estanterías, pero toda esta maniobra también redundará en la calidad final de los productos.
En torno a los mercadonas, como en el caso del El Corte Inglés, surgen como setas multitud de pequeños comercios que complementan o compiten con los grandes establecimientos. La mayoría de estas tiendas son propiedad de inmigrantes. Las de verduras y fruta son de origen indio-pakistaní y las de ferretería, y plantas suelen ser chinas.
Como los “opencor” estos establecimientos de propiedad oriental abren a toda hora y, como hoy domingo, nos permiten acercarnos a por aquello que tendría que esperar a mañana o, simplemente, a cuando tengamos tiempo para ello.
Un domingo es un buen día para ir de tiendas indias. A comprar fruta y verdura. Cerca de casa hay varios y no todos tienen lo mismo. Ni te atienden igual. Hay uno, especialmente este, que no deja de agasajarme cada vez que voy. Probablemente porque me lleve kilos y kilos. Pero resulta divertido como mi amigo indio me da a probar ricos manjares, desconocidos para mí, totalmente gratis. Eso, además de regalarme más kilos de lo que el bien sabe que me gusta y, finalmente, redondearme el precio ¡a la baja!.
Más adelante, hay otro con la tienda más ordenada y grande. Tiene mucho más producto y variedad, pero este es más piña y no perdona una. Sé que paga 1.000 euros de alquiler porque cuando desalojaron la tienda anterior le pregunté al propietario en cuanto lo pensaba alquilar. Mil euros son mil euros y en fruta y verdura son muchos kilos los que hay que vender. El otro día, en este indio, hice cola. Me tuve que esperar en el coche pues había mucha gente y conocida y, no sé porqué, me dio vergüenza que me vieran de compras domésticas.
Hoy es domingo y esta tarde me voy a hacer la ruta de la fruta y a saludar a mis amigos los indios. Y, a lo mejor, a los chinos, también.
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