Suena a película americana de mucho presupuesto, de dudoso rigor científico y con muchas dosis de fantasía. ¿Cómo puede ser que viajemos al interior de una estrella? El avezado lector convendrá conmigo que la cosa tiene su miga. Por lo pronto, la estrella más cercana a la Tierra es el Sol, y está a la friolera de ¡8 minutos-luz! Una sonda que se enviara al Sol tendría primero que sobrevivir al viento solar, cuyas partículas energéticas pondrían en serios apuros a los instrumentos de medición instalados a bordo. Luego tendría que vérselas con altísimas temperaturas, desde los 6.000 grados Celsius de la superficie solar hasta millones de grados del núcleo, donde se producen reacciones nucleares. A día de hoy esta peripecia es pura fantasía pero ¡sssst!, ¿les cuento un secreto? -cada día, astrofísicos de todo el mundo viajan al interior de las estrellas-. ¿Cómo? -gracias a la Física, y sobre todo, al ingenio. Quédense y se lo cuento.
Para situarnos, recordemos que una estrella está compuesta principalmente de hidrógeno y helio, con pequeñas proporciones de otros elementos más pesados. Brilla debido a la gran cantidad de energía en forma de radiación liberada por las reacciones nucleares que se producen en su núcleo. La radiación y el gas de la estrella hacen presión hacia afuera equilibrando la fuerza de la gravedad del propio material estelar, y proporcionándole a su vez un aspecto esférico.
Ya tenemos pues un fenómeno físico -la propagación de ondas- que conecta el interior de una estrella con su superficie. Bastaría con escuchar esas ondas para disfrutar de un relato fidedigno de su aventura por las entrañas de la estrella. ¿Le resulta familiar? ¡Exacto! La Sismología obra de forma similar. Esta rama de la Geofísica estudia el interior de la Tierra analizando las ondas que se propagan, ya sea por fenómenos naturales (fallas, terremotos, volcanes, etc.) o artificiales (cargas estratégicamente colocadas). Pues bien, de forma análoga existe una rama de la Astrofísica llamada Sismología Estelar o Astrosismología, que estudia el interior estelar a partir del análisis de las ondas que se propagan por la estrella. Éstas, al contrario de las ondas sísmicas de la Tierra, no pierden su energía y están reflejándose continuamente dentro de la estrella.
El análisis de los modos de oscilación permite al científico, mediante modelos matemáticos, escudriñar el interior de las estrellas y aprender muchas cosas sobre su estructura y evolución, así como sobre los diversos procesos físicos que en ellas tienen lugar. Así pues, gracias a la Astrosismología es posible, por ejemplo, conocer la distribución de la masa de una estrella, su densidad, temperatura o presión; es posible estudiar cómo rota el material estelar en cada punto o cómo se mezclan los elementos químicos debido a la rotación; es posible analizar qué papel juega la difusión, la convección, turbulencia, etc.
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