
13 abr 2009
-Paseando por el Cabo de San Antonio

Las vistas desde el cabo de San Antonio son espectaculares. A mediodía se abre ante uno toda la bahía de Jávea hasta el Cabo de San Martín, tras el cual se adivina el Portichol y, más al fondo, la cima del Peñón de Ifach.
La Bahía de Jávea se compone del Parque Natural de San Antonio, la Playa del Pope, Aduanes de Mar o 2el puerto" que ya casi se une con el pueblo del que dista a tres kilómetros, el primer Montañar hasta el Parador Nacional de Turismo que preside la Playa del Arenal y , a continuación, el segundo Montañar o carretera de Ultramar, para, finalmente, cerrar la bahía con la Cala Blanca y la Sardinera. Bueno, pues todo ello unido compone un conjunto natural único de nuestra geografía mediterránea.
Por la parte Norte del Cabo de San Antonio se divisa con toda su magnificencia el Golfo de Valencia, hasta las montañas de Sagunto, en el Camp de Morvedre, donde se ubica una de las mayores obras de demolición por la sinrazón y horterismo socialista: el teatro romano de Sagunto, alicatado hasta el techo de un moderno mármol travertino que sepulta más de 2.000 años de historia por mor del posmordernismo y utilitarismo irracional de los gobiernos socialistas y popular. Los primeros ejecutaron las obras y los segundos, después de decir que retirarían el alicatado, ahora han legalizado definitivamente las obras tras 13 años engañando a sus votantes.
El Golfo de Valencia desde San Antonio se inicia con el propio cabo que lleva su nombre, la playa de Las Rotas y la de las Marinas de Denia, la playa de Pego, de Oliva, de Piles, de Gandía, Xeraco, Xerexa, Tavernes, Cullera, El Perelló, el Saler, Valencia, Alboraya, Puebla de Farnals, El Puig, Puzol y Sagunto. Más de 100 millas náuticas que los días de poniente te permiten contemplar con toda su inmensidad.
Todo un placer para la vista y el espíritu como también lo fue el cenorrio que nos homenajeamos a continuación en "El Mesón del Puerto" presidio, una vez más, por nuestro entrañable vino Matarromera, casi de comunión diaria, que regó un caldero de cochinillo recién asado sobre un lecho de patatas, ajos y cebollas que casi nos deja sin sentido.
Con ello y mucho.... amor celebramos el sábado de Gloria, nunca mejor dicho. Y el domingo, también de Gloria y Resurrección, con tarta de calabaza y chocolate. Ummmmm.
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