Los cíclopes que hasta hoy han tiranizado la vieja Grascuña y los lestrigones que campan por sus respetos en la Vieja Marca prepara al alimón un sonoro espectáculo de tam-tams y taparrabos para recibir a las autoridades de la Tierra Media en la final de la Copa del Rey.
El numerito está ensayado ya que la plataforma de apoyo a las selecciones vascas, Esait, ha pedido a las aficiones de Athletic Club y FC Barcelona que en los prolegómenos de la final de la Copa y durante la difusión del himno español "den la espalda y manifiesten ruidosamente su disconformidad hacia la política de negación" del estado español. El fútbol utilizado como excusa para escenificar la ruptura constitucional.
La respuesta ha de ser entonar de forma atronadora el himno de la Tierra Media española, pero no con el "lololo" ese con el que hacemos el ridículo, sino con otro que verdaderamente recoja las aspiraciones de un pueblo que en el apogeo de su gloria tuvo como patria toda la tierra y que, frente a la barbarie nacionalista, impone una sentido racional y moral de defensa valores constitucionales que van más allá de ser una mera invocación retórica de una que todos debemos de cumplir.
Mientras, y porque no hay mas remedio, entonaremos el "lololo".
Y para esto sirven los himnos:
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