Mil trabajadores de Iveco y de otras dos firmas en crisis apedrean la Asamblea de Madrid en plena tensión parlamentaria por el caso Gürtel. Todo hacía presentir un pleno complicado, con la presencia de los tres diputados imputados en la trama, Alberto López Viejo, Alfonso Bosch y Benjamín Martín. La cosa se puso peor después de que la oposición (PSM e IU) reclamara su expulsión del grupo popular.
El enfrentamiento político derivó en una fuerte bronca en el hemiciclo y la expulsión de un diputado socialista y de los invitados en la tribuna, una decena de representantes de Iveco-Pegaso, Arcelor y BP Solar, compañías con expedientes de regulación de empleo en tramitación que afectan a unas dos mil personas. La oposición abandonó la Cámara.
Fue en ese momento cuando los manifestantes rompieron el cordón. "Nos asaltan", dijo el jefe de Seguridad. Unos mil trabajadores de estas empresas, que se concentraban a esa hora a las puertas de la Cámara, hicieron patente su desesperación ante la crisis económica lanzando piedras y tornillos contra el edificio, saltándose el cordón policial. La tensión política y la social se apoderó así de la Asamblea.
En varios posts anteriores os hablaba de que las previsiones de paro para el 2010, la falta de subsidio por desempleo que dentro de poco alcanzará a más de 3 millones de parados, la crisis económica generalizada y corrupción política son un coctel explosivo que está a punto de estallar.
Este fin de semana pasado, la prensa extranjera se no se explicaba como no habían conflictos sociales en esta situación y señalábamos a la actitud de los sindicatos que lejos de defender a los trabajadores optaban por el pesebre institucional.
Pero el pasado 1 de mayo el ambiente ya no era lo festivo de otras convocatorias y la crispación reinante ya hacía presentir que estábamos ante el advenimiento de una nueva etapa de convulsiones sociales que, a mi entender, ya ha comenzado.
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