
Sorolla (1863-1923) tampoco figura en la lista de artistas nacidos con anterioridad a esa fecha, que la norma fija en su anexo como "excepciones en atención a las especiales características que en ellos concurren". En esa enumeración de una veintena de nombres figuran algunos como los de Darío de Regoyos o Zuloaga, ampliamente representados en la colección permanente del Reina Sofía.
"Está comúnmente aceptado que la España negra es moderna, y por su luminosidad mediterránea a Sorolla se le ha considerado un artista de otra época", explicaba ayer Borja-Villel en el museo. "Pero también hubo una España blanca que hay que tener en cuenta, y lo cierto es que Zuloaga y él tuvieron una consideración internacional, sobre todo en EE UU, similar. Y de la confrontación de ambas ideas es de donde surge Picasso y la superación de los discursos caducos por la vía de las vanguardias".
Con Saltando a la comba, La Granja (1907), cuya cesión oficial ha conocido estos días, Borja-Villel pretende establecer ese contraste y abundar en el proyecto de la reconsideración de la historia del arte que se ha planteado desde el centro artístico que dirige.
Este acuerdo con el Museo Sorolla forma parte de una filosofía de colaboración que también es muy importante en la nueva etapa del Reina Sofía. También es el comienzo de una relación estable entre el museo madrileño dedicado al pintor valenciano y el centro nacional de arte. La idea es que Sorolla tenga mediante acuerdos puntuales una creciente representación en el Reina Sofía. La presencia del artista en el Prado también aumentará con la nueva configuración de su colección permanente, en la que el siglo XIX cobrará protagonismo.
Entre los últimos retoques que está recibiendo la remodelación del Reina Sofía (la más significativa en su historia), el comité encargado de los trabajos espera la recepción de los grabados de Goya. Pertenecen a las series Los Caprichos, Los desastres de la guerra y Los disparates. En total serán 24 piezas (y no 12, como se pensó en un principio) procedentes del Museo del Prado. Se colocarán en dos tandas -para evitar su deterioro- en la nueva sala 1, junto a las pinturas negras de Gutiérrez Solana.El lienzo 'Saltando a la comba' es el primero de los cedidos.
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